CORRÍ ENTRE LA ARENA

Morí al borde del llanto y más allá del mar me fundí entre metáforas que presagian tormenta en el alma, y me vestí de océano en cada sensación dolorosa, recordé ser una mujer de agua que se escurre a través del tiempo y sus hazañas.
Enfrenté el poderío del huracán de mis pensamientos, me entregué a la soledad de la noche que grita hasta quedar afónica, la que reclama estrellas por puñados en plena oscuridad de un cielo paradójico, sobreviviendo muda a infinidad de horas de silencios que engendra la nada.
Encomendé a Dios el olvido y pude darme cuenta que sé regresar ilesa, borrar mis huellas en cada naufragio sin temerle a los siglos de los siglos que muerden mi carne con rabia, desprendiendo uno a uno mis sentidos en mi piel de madera.
Escarbando entre ayeres de coral y anclada al puerto de la realidad hoy sin ritmo, con el frescor de la aurora irrumpiendo en cada despertar, es que navego en el crucero de los sueños, rumbo a la Isla del amor que no lastima, que aporta y crece, el que viste de sombrero y traje logrando hacerme sonreír, cuál juguete de la infancia entre mis labios, una a una, la mejor de mis sonrisas... Musa Peregrina Oralia Lombera Reyes Del Libro "Cuando el río suena, amor lleva..."
Acapulco, México. Derechos Reservados por el autor.


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